El mundo de Rebecca Solnit

rebecca solnit

Hace poco leí un comentario en internet que decía «no sé por qué leo cualquier cosa que no sea de Rebecca Solnit» y así me sentí durante y después de terminar la lectura de «The faraway nearby». Su escritura es tan personal, poética y a la vez repleta de hechos históricos e científicos, que uno siente que se acerca a un mundo nuevo que nos ayuda a ensanchar nuestro propio mundo. Ese libro trata, principalmente, de como nuestras vidas están construídas a partir de historias. En la primera página dice:

«We tell ourselves stories in order to live, or to justify taking lives, even our own, by violence or by numbness and the failure to live; tell ourselves stories that save us and stories that are quicksand in which we thrash and the well in which we drown, stories of justification, of accursedness, of luck and star-crossed love, or versions clad in the cynicism that is at times a very elegant garment.»

«Nos contamos historias a nosotros mismos para vivir, o para justificar el hecho de quitar vidas, incluso la nuestra, por violencia o por entumecimiento y la incapacidad de vivir; nos contamos historias que nos salvan e historias que son como arenas movedizas en las que nos revolcamos y el pozo en el que nos ahogamos, historias de justificación, de maldición, de suerte y de amor desventurado, or versiones cubiertas de cinismo que es, a veces, un atavío bastante elegante.»

El libro parte de un acontecimiento sorprendente: ella «hereda» varios quilos de albaricoque del huerto de su madre, que ha dejado su casa para vivir en un hospital para enfermos de Alzheimer. A partir de ahí, ella narra la relación enfermiza que ha tenido con su madre toda la vida, la historia de Mary Shelley, su pasión por el frio y cómo ella fue a vivir a Islandia por 6 meses, la historia de Che Guevara, cuenta sobre la lepra, el arte, el zen budismo y la historia de un aventurero entre esquimales a principio de siglo. Todo eso y mucho más… literalmente, mucho más. Y todo de forma entrelazada. Uno podría pensar cómo puede ser que alguien sepa de tantas cosas, pero la incógnita es otra: ¿cómo ella es capaz de conectar temas y lugares tan diversos… y hacerlo con arte y dulzura?

Los lugares lo son todo para la autora. A partir de cada sitio y cada recorrido ella es capaz de deambular por vericuetos inusitados de la mente y de la historia de la humanidad (o de los insectos, y con la misma fuerza y relevancia). «The faraway nearby» está repleto de paisajes fríos y misteriosos. Las personas son producto de sus entornos, y de su interacción con ellos surgen historias que se conectan y se abren hacia nuevos rumbos. Así, el espacio metafórico de la mente y el espacio físico son igualmente reales y tienen el mismo peso en nuestras vidas.

El mundo de Rebecca Solnit se ha abierto para mí y no sé por qué hay algo en él que me recuerda el universo de Wes Anderson, esa casita de muñecas llena de preciosismos, pero, en el caso de esta autora, lo que ofrece es una muñeca rusa que se despliega en un laberinto: se saca una muñeca de otra y se abre un camino hacia lo desconocido. El libro tiene esa misma estructura laberíntica, y no sorprende que ella misma saque ese tema, explicando la diferencia tan interesante entre maze y labyrinth. Creo que queda claro que es muy difícil siquiera hablar del libro, del enmarañado de historias, de esas memorias mezcladas con ensayos poéticos y pequeñas iluminaciones. Es un mundo al que hay que acercarse para, de la mano de la autora, ir muy lejos, por trayectos inesperados, marcados por la melancolía, la honestidad y la compasión.

La editorial Capitán Swing ha publicado «Wanderlust: una historia del caminar», pero esperamos que otros libros suyos sean traducidos pronto al castellano.

 

 

 

 

 

 

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